Estoy enojada. Conmigo misma. Me siento mal. Sé que esta sensación no va
a desaparecer pronto, que es como un dolor de cabeza que no se pasa. Sólo queda esperar… Si sólo hubiera dejado la
prisa y la pereza de lado. Pero ya es tarde. Y es que estaba abierto, ¿qué
podía hacer? Ahora, que si lo pienso bien ¿por qué estaba abierto?, nadie salió
de él, estaba vacío. ¿Me estaba esperando?
No tenía por qué haber entrado lo pienso, lo grito. El sonido de mi voz rebota
entre las cuatro paredes, como diciendo: no estás sola. Me tranquilizo, después
de unos segundos decido presionar el
botón, los botones. De pronto la oscuridad. A tientas recorro uno a uno los
botones, mis manos tiemblan y mi respiración se agita; la primera vez lo hice
de manera vertical, ahora lo haré horizontalmente. Nada, ni un sonido, sólo mi
respiración.
Ya lo intenté todo: gritar, golpear, brincar, sólo me queda llorar. ¿Mi
celular?, no tengo idea de dónde carajos
lo dejé. Y es que tan pronto como di un paso adentro, las puertas se cerraron, apreté
el botón, un movimiento y ya no hubo salida. Estoy en un metro cuadrado, en
medio de no sé qué piso.
Estoy dando vueltas, midiendo el tiempo con mis pasos. Esperando que Héctor
se dé cuenta de mi ausencia. Pero ése sólo piensa en mí cuando tiene hambre. ¿Por
qué estoy aquí? ¿Por qué no utilicé las escaleras? Ahora estaría libre, entre
escalones, en la luz. Hace calor.
Todo es inútil, la espera lo es aún más. Cuánto tiempo llevo aquí, hace
cien pasos que conté doscientos. Voy a comenzar a gritar y a golpear las
puertas, ellas tienen la culpa de que esté aquí, debían de haber estado
cerradas. Grito, y las paredes metálicas consumen mi voz. Todo es inútil, estoy encerrada, atrapada, sin salida, tras mis
pasos.
¡Qué calor!, ¡Qué oscuridad!, ¡Qué soledad!
Sólo pienso en los escalones, ellos eran el camino. Estoy en el suelo,
esperando, pensando en la luz. Estoy atrapada. No puedo salir, no puedo seguir
adelante. Me siento como una rata recién capturada. Debo de estar pálida. Ya no soporto mi voz, las palabras…
Respiro. Me digo, hay que tener calma. Lo peor es perder el juicio. Sólo
pienso en salir, en el aire, en la luz. Tengo que salir, no hay ninguna razón
para que yo esté aquí, encerrada, atrapada. Debo salir. ¡Tengo que salir! ¿O no?
Pienso en lo que hay del otro lado del metal. Me arrastro hacia las
puertas, trato de ver, de escuchar.
Nada. Héctor ya debería de tener hambre,
ya debería de haberme sacado de aquí. ¿Qué no hay nadie en este pinche edificio?
Las ideas, las palabras, el aire caliente, esta ceguera…
Me dispongo a no pensar en esa palabra, no quiero ponerle nombre a este
sentimiento, a este momento, no quiero que exista.
Pero es inevitable, estoy en una trampa.
Hola Bere
ResponderEliminarMagnífica descripción.Lograste mantener el suspenso e imaginarme en la escena. La evocación de la historia a partir de la imagen bien lograda.
Aqui te dejo mis sugerencias.
1. el ¿O no? sale sobrando. Es un hecho que quiere salir del elevador y esta desesperada, así que no entiendo el porqué de esta pregunta.
2."Voy a comenzar a gritar y a golpear las puertas" en lugar de decirme que lo vas a hacer mejor describirlo. Comienzo a gritar y a golpear las puertas.
3. Sugiero terminar en ceguera... y eliminar "Me dispongo a no pensar en esa palabra, no quiero ponerle nombre a este sentimiento, a este momento, no quiero que exista.
Pero es inevitable, estoy en una trampa."
Ojala y te sean atinados mis comentarios.
Seguimos escribiendo!
Bere, me gustó la historia, fue una descripción precisa de sentimientos y sensaciones. En realidad a mí sí me gustó ese final "Me dispongo a no pensar en esa palabra, no quiero ponerle nombre a este sentimiento, a este momento, no quiero que exista".
ResponderEliminarMi sugerencia para el primer párrafo es atender el uso pertinente de los puntos y comas: "Estoy enojada. Conmigo misma" , no llevaría punto.
Otra sugerencia es cuidar el uso correcto de: por qué y porque. La primera es para pregunta, la segunda para afirmar.
Saludos.
Hola Bere!
ResponderEliminarAl ver por primera vez la imagen pensé en una película que vi hace algunos añitos. El texto funciona, engancha; considero que puede haber continuación: qué pasa después, la rescatan, quién está detrás de la trampa, es una acción humana o sobrenatural?
Porque me das mucho en qué pensar.
También podrías regalarnos el previo de la historia, como en muchas películas actuales.
No sé en que medida consideres agregar título, podría darnos más pistas en torno a la historia, o tal vez la intención sea construir historias como lectores.
Hola mis sugerencias:
ResponderEliminar1.- En donde dice que presionó el botón, sigue botones, elimina la palabra "botones" pues confunde como lector no sé si presionó un botones o varios.
2.-Considero que al decir que no quieres mencionar la palabra, lo hagas y termines con ¡Estoy aquí! y ya cada lector pondrá su propia palabra. Ya sea trampa, encierro, tortura ...
Bere, me tienes impresionada, tus escritos son muy buenos, insisto, no te gusta escribir y escribes así, qué harías si te gustara? El texto me gusto, para mejorarlo creo sería bueno cambiar el inicio, no creo que una persona cuando este en una situación así, diga con esta mesura "estoy enojada conmigo misma... sería mejor iniciar la narración con una oración o frase que enganche, que demuestre la desesperación que da el estar encerrada en un elevador y que no saquen.
ResponderEliminarMuy bien. Aunque el texto puede mejorar.
ResponderEliminar1. Los dos párrafos "¡Qué calor!, ¡Qué oscuridad!, ¡Qué soledad!
Sólo pienso en los escalones, ellos eran el camino. Estoy en el suelo, esperando, pensando en la luz. Estoy atrapada. No puedo salir, no puedo seguir adelante. Me siento como una rata recién capturada. Debo de estar pálida. Ya no soporto mi voz, las palabras…"
Son redundantes a lo escrito anteriormente. Habría que cambiar. Por ejemplo, describir las reacciones fisiológicas o ahondar en lo que tenía que hacer.
2. Falta el título, como bien menciona Sergio y por las razones que menciona.
3. Y sí, es necesario un mejor final.