lunes, 9 de diciembre de 2013

¿O qué?...

Por: Mara

Bueno, bueno... solo a mí lucido intelecto se le ocurre salir de naja a la sierra norte en pleno aguacero. Caaray, ni pa´remedio jala mi usb, pa´ colmo está cerrada la 11 sur, ya ni la inventan…. no cabe duda que estamos torcidos con tanto agujero y terrerío… ¡eeso si!  que no se diga que nuestro gober no nos ha puesto en la high society

 … miiira nomas,  yo desolado y ese querubín revoloteando bajo…psss, psss,  morra, si tú… ¿pa´ onde jalas?

Voy siguiendo tu destino

¡Sí cómo no!, aviéntate y a la otra puee que te la cache, apoco sabías que iba a pasar con mi bitle 2002?
mmmm..te doy una oportunidad ¿por qué no tomaste el Boulevard norte rumbo a Tlaxcala como lo tenías pensado?

¡Obbvio nena!, porque si vives en Pueblaa disciernes con amplio sentido que a esta hora el atropellamiento vial te impedirá cualquier buen movimiento. Pero ya, ya…te subes ¿o qué?

o qué”  será tu último aliento

¡Ruego pero no enveneno!, pos´ ahí te ves… chale que morra tan acelerada,  ¡sí puessum!  metele que pa´ hoy es la llegada…

¡Estas jijas curvas me traen cacheteaando! Y no son de preciso las de mi Juliaa… ¿quién fue el ingenioso que trazó la carretera en tan condenao precipicio?...


¡Orale guey!  apunta tus reflectores fuera de mi camino… no voy de juego… ¡que no voy de juego hijo de la desconsoladísima! … ¡que estás por sacarme del caminooo! … ¡esto es una pesadilla!  ¿o qué?!!!….       

ADRIÁN


Adrián es el segundo de tres hermanos, una linda familia de cinco integrantes.
Los primeros años de su vida todo parecía normal, disfrutaba jugar con su perrita Perdi tenía un trompo con el que podía entretenerse largas horas, y como a muchos niños, le encantaban los videojuegos. Todo parecía normal...

Un día en la escuela la maestra les pidió a los niños que dibujaran un árbol. Adrián se esforzó por hacer un árbol hermoso, dibujó su tronco, cada hoja e incluso puso una ardilla. Algunos de sus compañeros se reían al verlo trabajar, pero el decidió no darle tanta importancia y seguir con su obra de arte. Cuando terminó se lo llevó a la maestra quien asombrada le dijo: "Adrián, ¡que es esto! Yo pedí un árbol normal... O dime Adrian ¿así son los árboles del jardín?" Adrián no entendía nada, pero prefirió no decir nada, ya bastante avergonzado se sentía con todas las risas de sus compañeros.

El tiempo transcurrió y la vida de Adrián parecía normal o tan normal como un niño de 5 años podía suponer. 

Pero algo diferente ocurrió. De nuevo en la escuela, la maestra pidió a los niños que dibujaran una persona. Adrián tomó sus colores y después de hacer el contorno de una figura humana agarró el color carne y empezó, muy feliz, a colorear. Esta vez no tuvo que terminar antes de escuchar la desaprobación de la maestra quien a los pocos minutos de empezada la tarea se acercó a Adrián y le dijo: ¿Que sucede? ¿Por qué no puedes seguir una instrucción tan simple? ¡Dije que dibujaras a una persona, no un extraterrestre! Esta ves Adrián sintió un extraño calor en su rostro y ríos de lágrimas empezaron a salir de sus pequeños ojos.

Ciertamente la maestra no esperaba esa reacción. Así qué se detuvo a pensar un momento y con calma le dijo a Adrián: "¿de qué color es la persona que dibujaste?" Adrián no estaba seguro de querer contestar pero con tal de no hacer enojar más a aquella señora le dijo con una voz muy débil: "piel, como yo". La maestra se quedó pensando de nuevo. Algo parecía no estar bien, pero Adrián no entendía nada.

A la hora de la salida la maestra le pidió a la mamá de Adrián que entrara al salón pues quería hablar con ella. Se tardaron unos minutos. Adrián estaba un poco preocupado, seguía sin entender qué había ocurrido, pero temía que fuera algo realmente grave. Lo único que lo tranquilizaba era la cara siempre alegre de su madre.

Al fin salieron ambas mujeres y con una sonrisa su mamá le dijo al pequeño: "tranquilo, todo va a estar bien. Debemos ir al doctor a checar esos lindos ojitos". Adrián de inmediato se imaginó con unos lentes pues sabía bien que las personas que tenían problemas en sus ojos tenían que usar esos feos armatostes.

A los poco días llevaron a Adrián al oculista, el doctor que se encarga de revisar los ojos. Le mostraron unas laminas con muchos, muchos colores y le pidieron que encontrara algunas figuras pero por más que él se esforzó no logró ver lo que le pedían. Al final el doctor dijo: "tenemos un pequeño que es daltónico". Adrián seguía sin entender pero si el doctor aún sonreía no debía ser tan malo. Le explicaron que las personas daltónicas son aquellas que no distinguen todos los colores por lo que es muy fácil confundir algunos de ellos. No tendría que usar lentes ni es algo que se cure con medicamento. Le dijeron también que el árbol y la persona que había dibujado estaban con otros colores a los que normalmente las personas ven. Ahora entendía la confusión de la maestra y la risa de los compañeros.

Adrián tiene una vida normal... Claro que hay cosas que prefiere no dibujar y algunas veces no sabe ni de que color es la playera que se puso, pero eso no impide que Adrián sea un niño feliz.



Doscientos minutos (Corrección)

Bueno, buenooo ¿cómo que quién habla? Pos yooo, la más bonita de tus amiguitas. Te digo, ya ni te acuerdas de mí. No, no he cambiado de cel, lo que pasa es que… Pinche Laura diario me haces lo mismo, me dejas aquí como tu pendeja escuchando musiquita. ¡Hasta qué!, Sí… ya sé que estás en tu trabajo y que no eres una huevona como yo. Pero no te hablé para que me regañes, para eso está mi mamá. Estoy en la prepa… “obvio”. No tengo clases, el profe de mate no vino, ¿tú crees? Tan bueno que está, ¿si te acuerdas de él? Ah… sí cierto, tú ya no lo conocistes. Pero ahí andabas de pintera con el Chuy, repruebe y repruebe materias. Deberías de ser como yo “bien estudiosita”. ¿Por qué hablas tan bajito? No te escucho. No me digas que el cuero de tu jefe ahí está. ¡Lauraaaa! ¡Laurix! No me dejes hablando sola. ¿Ya se fue? Pero si hasta te cambia la voz. Dile que soy tu mamá, que es algo mega importantísisisimo. No, mejor dile que soy una clienta, finge una conversación, yo te sigo la corriente pa´que vea lo buena que eres. Ándale…Ya pues, parece que andas en tus días. Pues nada, sólo quería saludarte. Uyyy y ¿cuándo es tu día de descanso? Pa´que vengas a visitarnos, sirve de que nos vamos al billar que está aquí a la vueltita. Al Limón le va a dar un infarto cuando te vea. El otro día me preguntó por ti, yo no sé por qué te hiciste tanto del rogar; está bien que parece menso pero tiene carro, si le hubieras dicho que sí no anduviéramos a pata. El Kevyn dice que su papá le va a comprar uno, yo ni le creo, con trabajos y lo ve, ya ves que sus papás se dejaron. Noooo, cómo crees, ni que estuviera mensa. Lo que pasa es que me estoy vengando del cabrón de Kevyn. Es una larga historia, si vieras cómo sufro. Te acuerdas de la “Verito” la del “A”, ya ves que siempre quiso andar con Kevin. Ajá, ándale ésa, la pelos de Barbie vieja. Ashh no manches cómo jode tu pinche intento de jefe, lo que tiene de guapo lo tiene de enfadoso. No te apures, yo te espero que al fin y al cabo lo que me sobra es “tiempo”. Por fin vamos a poder hablar… ¿y eso que fue a “trabajar”? Mmmm, si tú lo dices. Pa´mí ese nene, hijo de papi, ni siquiera sabe contestar el pinche teléfono, el otro día que te marqué me contestó todo tartamudo he-herramientas y y y suministros. No seas gacha y enséñale cómo se le debe de tratar a un cliente. Ahh, pero cómo lo defiendes, yo creo que a ti te gusta Robertito. ¡Qué rápido te olvidaste de Chuy! Ya pues, no te enojes. Yo no tengo la culpa de que estés toda amargada haciendo notitas de tornillos y tuercas, te digo, no valoras mis llamadas. Ya pues…  No, no cambié de cel. Deja te explico amiguix, lo que pasa es que el Kevin tuvo torneo de fut y me dejó su chamarra, y el muy pendejo dejó su cel; y pues ya ves como soy yo, que lo agarró y que veo un mensajito de la ofrecida de la “Verito” invitándolo a salir… Pérate tantito, ¡Joel saca mi mochila por fis!  Lo que pasa es que ya viene la Tigresa, la de biología, y no voy a entrar. Ni me acordaba que por su culpa te dieron de baja en la prepa, pinche vieja momia, una razón más para no pararme a su clase. Ya ves que yo son bien solidaria.  ¿Ahora qué?, no manches parece que la gente no tiene nada que hacer más que ir a comprar tuercas, dile a tu compañerito Luis que te ayude a despachar que tú estás en una conversación muy importante. ¿La graduación? pues ni sé si voy a ir, el codo de mi papá no me quiere dar dinero para mi vestido, menos va a querer comprar los boletos… Oye, y a tus papás ya se les bajo el enojo porque te expulsaron, hasta cuándo te van a tener trabajando. Se pasan… además nada más te hicieron falta dos semestres, igual y en otra prepa te revalidan las materias que ya pasaste. Sí, luego vamos a buscarte una nueva escuelita, ya no estés triste.  Mejor te sigo contando lo del Kevin, ya te dije que tengo un chorro de tiempo. Ah, pues te decía que vi el mensajito de la Verito, sí eso fue hace rato, y total que para vengarme me estoy acabando todo el saldo de su cel. Con eso de que su mamá le contrato un “plan plus” de doscientos minutos para cualquier emergencia, y esto es una emergencia ¿o no?
 

Lucía


En la boca un pedacito de cereal perdido entre las muelas. Más allá de la ventana el ruido de los coches, el ir venir de la ciudad. Lucía dejó su desayuno a medias y fue a mirar por la ventana, fue a perderse como todas la mañanas. Después regresó a la mesa. Tomó un plato y echó un pedazo de pan mordido a la basura.
Sólo era cuestión de tiempo para que recargara su mentón en el umbral de la ventana, de aquel agujero que le dispersaba los pensamientos. Ya instalada en su sitio se dedicaba a jugar con sus pensamientos. Ella había llorado ya lo que había que llorar. Había descubierto lo que había que descubrir. Era todo. Los hechos la habían envuelto en meditaciones, pero hasta eso se había terminado.
Y así empezaba todo. Lucía se dictaba el día en la cabeza. Tenía muchos deseos de vivir algo del pasado, meterse de pronto en una escena vivida y modificarla.  Jugaba a ser Dios. Quería vivir de su sueño. Sin embargo, lo mismo daba.
El camino se abría, quería hablar de algo de lo que ya no podía hablar. Quería entender algo que no podía entender. Y vivir de eso también. Pero no podía. Se vestía entonces todos los días como para vivir eso que no viviría ya más.
Y entonces todo empezaba de nuevo.
No, se decía. Por aquí sólo yo empiezo. Por aquí nadie más me alcanza. Y continuaba pensando, conduciendo hacia al trabajo, curándose. Horas conduciendo del trabajo a casa… y curándose. Y le encolerizaba pensar en estarse curando porque odiaba la idea de que existiera siquiera algo de lo que había que curarse.
Y lloraba de nuevo. Había llegado su mente a una estación nueva en donde su tren se detenía porque había llegado a alguna parte. Y después seguía su rumbo hacia otra y de nuevo el llanto cuando la máquina paraba. No sabía qué tan largo iba a ser ese viaje. Sólo sabía que estaba conociéndose a sí misma a través de sus personas.
Esas personas a las que desconocería apenas las forjara en su memoria. Se decía que lo que más le dolía a veces eran sus adioses. Los adioses dolían en el pecho y en la boca del estómago, justo ahí donde uno se ponía los dedos y el adiós chillaba.
 
Le dolían a veces sus motivos y esa cosa tan importante que parecía ya no estar aquí ni en ninguna época. Esa importancia que llegado el momento se convertía en una obra de arte que la hacía llorar a mares entendiendo el mundo en un pedacito muriéndose.
 
Mecánicamente la vida volvía a tener un sentido.
 
Los momentos volvían a ser unos, doses, treses. Y las calles, tiempos. Y los amores, pensamientos. Los dolores, fuerzas. Pero lo más difícil para Lucía era la disparidad.
 
Había atravesado por algo desigual y diferente. Algo que le dolía cuando reía y que despertaba cuando dormía, algo que le apretaba los ojos, las venas, el corazón.
 
Y no, no tenía miedo, se decía. Quería volver a ser Lucía en dos frases que reflejaran lo mismo que reflejaban antes, pero lo único que podía hacer era resignarse a las mismas dos frases llenas de ideas dispares, convertirse en algo que pudiera ser ella, pero nada se le ocurría. Esta vez era empezar sin recuerdos, buscarse con tino el momento para entrarle a la vida como le entraba cuando niña a brincar la cuerda que los amigos movían en círculo.
No tenía palabras para conjugarse la vida ya, ni siquiera ganas de entrarle al juego de la cuerda, pero tampoco podía quedarse ahí, mirando. Así que se mordió la lengua, se puso un vestido de calle y salió a andar en bicicleta.       
 

Estática


 
Por: Ulthar

 

Álvaro se despierta con los ruidos de la televisión. Los buenos días los da la señorita del clima que siempre sale con minifalda. Se aferra a su cobija de polar que tiene un enorme dibujo de una osa con su osito, la que ya no le cubre los pies y deja al descubierto los dedos porque los calcetines tienen hoyos. Reconoce el olor a vomito y alcohol, eso termina por levantarlo, ve a la pequeña Margarita que sigue durmiendo y a su papá en la orilla de la cama con un charco de cerveza en el piso. Camina con cuidado sobre el colchón, busca debajo de la cama sus zapatos, están salpicados con tres manchas de vomito, se los calza y nota que están más despegados de la punta.  

Su mamá está sentada en el comedor, con los codos sobre la mesa, esperando la sección de espectáculos. No la saluda, porque no le contesta. Tampoco le dirá que hay reunión en la escuela, porque mamá siempre dice que no tiene tiempo y la maestra es una pendeja.

Álvaro camina hacia el refrigerador, no avanza mucho porque el dormitorio, el comedor y la cocina están en una misma pieza de block que construyó su papá hace diez años cuando Álvaro nació. Abre la puerta del prisma beige, del que dice Acros, del que sale un olor rancio. Una luz parpadeante deja ver por instantes una botella de refresco casi vacía y cuatro tortillas tiesas con motitas azules y blancas.

Enciende un cerillo, se le iluminan los ojos negros y la tez morena, ahora es un gran mago que está a punto de hacer su mejor truco, la ilusión con la que todos quedarán sorprendidos y le aplaudirán. Todo se extingue cuando la llama se apaga. Talla otro cerillo en la cajita, enciende dos hornillas para calentar las tortillas y la olla de los frijoles. Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes ha desayunado, comido y cenado lo mismo.

Se acerca a su mamá, ella extiende el brazo sin dejar de mirar el televisor y le da tres pesos, para su pasaje. Sin la bendición, sin un beso, si un “que te vaya bien”, Álvaro sale de la habitación gris. Sabe que el dinero no le alcanza para tomar el camión, los choferes siempre lo bajan, la tarifa es de seis. Por eso se va caminando entre lotes vacios, calles de terracería y casas como la suya: con varillas que coronan los techos, con ventanas que tienen hule en vez de vidrios, con paredes sin revocar y grafitis por doquier.    

Llega a la escuela, con sus cincuenta compañeros, a escuchar el sermón de la maestra sobre el esfuerzo y el trabajo para ser mejores personas. Él sabe que lo mandan sus papás para que no le pongan falta, porque si tiene muchas no les pagarán OPORTUNIDADES, entonces no habrá cabecitas de pollo ni patitas rostizadas con salsa valentina.  

-Sí, la maestra es una pendeja.          

domingo, 8 de diciembre de 2013

LAS PARTES DE MI CUERPO


Nos  tocamos la cabeza
es redonda no la vez?

Después los hombritos
y los muevo como pez

Y ahí sigue la pancita
está en medio ya la vez

Finalmente los piecitos
marchando sin tituvez

Ah! y no olvides la espalda
está atrás la alcanzarás?

Mueves todo tu cuerpo
a un lado y hacia el otro
y verás no puedes parar ...

NOTA: este texto es para niños de tres años lo hice pensando en mis alumnos y en arriesgarme un poquito, así sean libres de criticarme, saludos.


El vuelo.

Blanca De los Santos, sale todos los días a la misma hora, es una rutina que no puede cambiar. Ella trabaja y es el sustento de su familia, cada mañana inicia su jornada laboral con buena actitud, sonriente, cansada pero se le ve bien. A las 6 de la mañana sale bañada, arreglada, dispuesta a enfrentar los problemas cotidianos de la vida. Tiene 34 años, es casada pero su esposo no tiene trabajo, no aporta para los gastos de la casa, se remite a quejarse de lo caro que está todo, de su desgraciada suerte y de las nulas posibilidades para laborar, no hay trabajo. Chucho, como le dicen, no se explica  por qué la vida no le permite ser el hombre exitoso que de pequeño soñó ser.


Jesús Alberto Macías Trueque, estudió hasta el cuarto semestre de Ingenería Mecánica, siendo de Teziutlán Puebla, dejó a su familia y  diversiones para continuar sus estudios en la capital de su estado de origen, con el apoyo económico y moral de sus padres logró cursar  cuatro semestres, su carrera quedó trunca, la mala suerte que ha permanecido a lo largo de su vida no lo deja volar como él quisiera. Tener éxito en su vida profesional ha sido uno de sus grandes sueños desde pequeño y no ha podido alcanzarlo, él se lo achaca a la mala suerte. Blanca su esposa,  a quién conoció en el Tecnológico Regional de Puebla, nunca se lo ha dicho, pero cree que no es asunto sólo de mala suerte. 
Ella si terminó su carrera, de Ingenería Mecánica, Blanca si estudiaba, siempre ha sido responsable, cumplida e inteligente, obtuvo buenas calificaciones durante toda su carrera universitaria, mientras que Chucho no lograba sacar las calificaciones suficientes para pasar las materias y fue arrastrando semestre a semestre las asignaturas que no aprobaba. Por otro lado, Blanca avanzaba a pasos agigantados no sólo aprobando sus materias, terminando cada semestre con excelente promedio. A la par se fue haciendo de un buen prestigio, a tal grado que el coordinador académico de su área, la llamo para decirle: la empresa “Resistol” busca un estudiante responsable y con buenas calificaciones para trabajar de forma temporal en la empresa.  Aunque por el momento no podían contratar personal de base. El trabajo  se realizaría por fuera, pero con la posibilidad  ganarse una entrada decorosa para un estudiante. Blanca sin pensarlo aceptó, ya que no sólo le permitía obtener una entrada económica, sino también, la posibilidad de tener un trabajo en un futuro cercano. Esa mujer inteligente  lleva 14 años en “Resistol”, a los 20 años tuvo su primer contacto con la empresa, a los 23 ya tenía un contrato,  buenas prestaciones, aunque no muchas posibilidades de crecer profesionalmente pero si una entrada económica  para sus gastos personales, que después su sueldo fue y ha sido el sustento de su casa, de su esposo y sus hijos. Con ello paga colegiaturas, hipoteca, la mensualidad de un Corsa de agencia, la comida. De su sueldo vive su familia. 

Chucho se encarga de llevar y traer a los niños a la escuela, va por Blanca al trabajo y en sus “ratos libres” lava el Corsa, lo deja todos los días como nuevo. El coche siempre anda muy limpio, lo pule, lo encera y sonríe cuando ve el reflejo de su rostro desenfado sobre el coche. Al terminar de lavar su coche, levanta los brazos en señal de victoria, como si fuera a levantar el vuelo para llegar a dónde él soñó desde pequeño y que aún no se explica el por qué no ha podido lograrlo, se  recuesta en el pasto del área común, viven en un fraccionamiento de casas Geo; y ahí recostado viendo al cielo, se dice a sí mismo, ya llegará mi buena suerte. Mientras que Blanca apenas sale con los gastos, hace cuentas y cuentas y cuando el dinero no le alcanza, ella también quisiera emprender el vuelo.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Coucheo-cuchicheo


No me voy a levantar. No voy a vestirme. No voy a revisar el carelibro. No voy a abrir los ojos. No me voy a lavar el muelero. No voy a abrir los ojos aunque me joda que la alarma esté suene y suene. No voy a ir con Ganímedes. No voy a dejarme cuchichear o couchearme o cucaracharme o como sepa la madre que se diga. No voy. Y no voy porque las terapias constelacionales o etnodramas melodramáticos o consejos jijuelareputas son para gente débil. No necesito de ningún cabrón que nomás quiere verse y encontrarse en los otros. No quiero que se proyecten en mí como estrategia de moda. Y encima de todo tenga que pagarle. No voy a prescindir de mis prejuicios. La gente que da consejos o que no los da porque dizque logra que los demás lleguen solitos a su propia güevonada no me cuadra. No voy a llorar nomás para darle gusto al puto. No voy a contribuir a la colección de marcos carísimos que legitiman toda esa meritocracia jodida que hace que los débiles afirmen pendejaditas como: “entre más me demore, más cerca estoy de la verdad”. ¡Carajo, como si no fuera suficiente levantarse! No me estoy vistiendo. No me estoy perfumando. No me estoy riendo porque ya miro la cara de agradecimiento del verraco ése. A mí no me jode mi presencia. No estoy subiéndome al carro. No estoy dándole el paso a doña Mariquita, lenta como un becerro recién parido. No estoy llegando a la cita. No son las diez de la mañana. No vivo al pendiente de sus ojos. A mí nadie me observa. Yo no estoy sentado en este sofá rojo carmesí nada más para que el muy cabrón me esté haciendo preguntitas de concurso para tarados. No he cruzado la puerta, ni lo he abrazado. No le estoy respondiendo con mis verdades, pero tampoco le estoy mintiendo. Además, es mi amigo y me conoce y no es ético que sea mi couch. Yo no soy fácil. Por eso no le estoy diciendo que me alegra estar aquí, ni que es una oportunidad única para conocerme. No estoy oliendo el almuerzo. No estoy tomando nota de cada recomendación que supuestamente yo mismo he descubierto. No estoy negándome; por eso, no estoy aceptando que necesito ayuda ni me urge salir de mí mismo. A mí me vale un culo cada comentario, cada pregunta, cada lleva-y-traigo-la-mano-a-la-barbilla que le da un dejo intelectualoide que detesto. Ganímedes no es mi amigo ni mi couch ni mi Psiquistriquis. No me estoy mostrando con cada palabra que digo. No. Yo no soy débil.

-    ¿Y por qué si sabe que no mostrar quién es en realidad no le funciona, se sigue escondiendo?

Ganímedes Romero cree que conoce perfectamente a Cornelio Zavaleta y por eso pregunta como si fuera a revelarle la causa de su tristeza. Ganímedes sigue en frente de Cornelio. Ambos observan los movimientos de la comisura de sus labios. Uno, desde el sofá rojo; el otro, desde el taburete negro. Ninguno es débil. Ninguno miente. Saben que dicen la verdad. Ambos son amigos.
  
Por eso accedí a venir, Ganímedes: porque nos lo debíamos. Gracias por la oportunidad.
-    Tranquilo, hermano. Usted sabe que el coucheo es para abrir los ojos y que una cosa lo lleva a la otra. Incluso si no quiere.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Los dichos de mi tierra.
Por Fabiola Guerrero Ojeda.
El español como idioma tiene una infinidad de usos, acepciones, es una lengua vasta y a pesar de tener un mismo código lingüístico el significado de las palabras cambian de país a país, incluso dentro de un mismo país hay variaciones del español de una región a otra.
La variedad del uso del español de una región a otra se le conoce como regionalismo, según la Real Academia de la lengua significa Vocablo o giro privativo de una región determinada.
Me atrevo a decir que en nuestro país, los lugares en donde se dan más los regionalismos, son el sur, es decir los estados de Oaxaca, Veracruz y Chiapas, principalmente.
Al ser originaria del estado de Chiapas, concretamente de la ciudad de Arriaga y vivir en Puebla, con frecuencia me pasa que al expresar mis ideas, en mi comunicación cotidiana, con las demás personas, no siempre entienden mis frases, dichos, ya que son regionalismos, por lo tanto decidí, como un mero ejercicio comunitario, hacer una lista de las expresiones más utilizadas en Arriaga Chiapas, la cual se logró con ayuda de personas oriundas de dicho lugar, a través de un grupo, en una red social llamado “Los de Arriaga”.  Fue bastante enriquecedor ir construyendo la mencionada lista que a continuación comparto.
Considero importante resaltar que además de compartir algo muy de nuestro Arriaga Chiapas, esa forma de expresarnos, es una nexo de unión, identidad y pertenencia a nuestro lugar de origen y más para los que, por diversas razones, no vivimos allá, pero somos orgullosos de nuestras raíces y amamos el lugar del que somos originarios.
Advierto al posible lector, sobre todo los que son ajenos a la región, que encontrarán palabras soeces, pero no puedo dejar de escribir Los dichos de mi tierra, así tal cual como se dicen. Pensé en la posibilidad de omitir lo soez en el escrito  pero se perdería el objetivo del mismo, compartir Los dichos de mi tierra   y con ello dar a conocer la idiosincrasia de los lugareños.
Por otro lado, a pesar de ser palabras “agresivas”, cuando se dicen en Arriaga, no se perciben de esa forma, finalmente el contexto determina el uso de las expresiones.
·        Ligero, ligero…
·        Pregunta de amigo dijo Chevera…
·        La gente no nace completa…
·        Pasá tu lengua haber si no está barrido…
·        En la quinta pregunta…
·        En la desgracia más grande…
·        El que tiene buen gusto, tiene buen placer…
·        ¡Qué necesidad! diría mi tía Lola…
·        Conozco la calidad de la melcocha.
·        No tienta el cerco
·        Pa  Chahuites voy…de Tapana vengo.
·        ¡Brinca las trancas!
·        Pepena nanche
·        ¡Come cuando hay!
·        ¡Apúrate, ligero pue!
·        ¡Echale jule a tus canias!
·        ¡Hay Nana!
·        ¡Se juntó la piedra con el coyol
·        ¡Duro como el palo de papaya!
·        ¡Te estoy esperando como agua de mayo!
·        De aquí pa´ ya Juve, de allá pa´ ca ¿quién sabe?
·        ¡Apúrate mi chula, mi guapa!
·        Jímbalo, sámbalo bien.
·        Tú fueras él
·        Sácale raza
·        ¡Cara de nalga, cara de jaiba!
·        ¡Dos pichis te gua ser!
·        Ancina es
·        Barriga de tamboraza zactecana o tololoche
·        Mampo sos
·        ¡Ni que juera iguana!
·        ¡Anta Don Melesio!
·        ¡Vos sos cachuco!
·        ¡Si pué!
·        ¡No pué!
·        ¿Onta?
·        ¡Aquí no más pa Arriaga!
·        ¡Iguanas ranas!
·        Tas loco
·        Totoreco
·        Panza de guele
·        Cabeza de guacho
·        Sopenco
·        ¡Cara agria!
·        ¡Ya vos Migue!
·        ¡Vejiga dijera Quintin Corzo!
·        ¡Come tierra!
·        Pirilón.
·        ¿Vamo a ir pué o no?
·        Bien bolo que andas
·        ¡Vení paca!
·        ¡On tas!
·        ¡ Sos chingón!
·        ¡Pa´ su mecha!
·        Ya ni la jodes
·        Sos jodido vos no?
·        Apúrate, se te va a ir la Colón!
·        Antes me hablabas
·        ¡De largo pasan!
·        ¡Todo zurumbado andas vos!
·        Pa´ su verga!
·        ¡Bien bolo que andaba!
·        ¡Todo bolo!
·        ¡Mirando cuache!
·        ¡Pariendo caches!
·        Jonizuda
·        Bien cara de vaca venís
·        Bocona que sos
·        ¡Quién no te conozca que te compre!
·        ¡Ni que jueras mi padre!
·        ¡Anda tata!
·        ¡Anda nana!
·        ¡Pa tu padre!
·        ¡Ay Nana!
·        ¡Dirás que es gracia lo que tas haciendo!
·        ¡Bonito dirás que te ves!
·        Ándate de aquí mejor
·        ¡Salite de aquí!
·        Anda ver si ya parió la cocha
·        Patas pal monte.
·        ¡Encuacha tus caites!
·        ¡Ora como dijo el meño!
·        ¡Tras que!
·        ¡Cara de caite!
·        ¡Son vergadas decía mi tío Mario Iturbe!
·        ¡Pa´ que picte!
·        Ya esta re larga esta ringla…
·        La pulso de oro
·        Roba chola.
·        ¿Idiay vos chula cómo estás?
·        ¡Chunco!
·        ¡Hay vos!
·        ¡Dichosos los ojos que te ven!
·        ¡Ni sabes de lo que te has perdido!
·        ¡Ni que lo tuvieras de oro!
·        ¡No te vayas…ya va a llegar la marimba!
·        ¡Ya pue´ vergi que vergi!
·        ¡Ah yo vos me hablas?
·        ¡Mero dijo Rubi!
·        ¡A pue´ primo!
·        ¡Adiós cuñado!
·        Míralo ese cascorbo
·        ¡Vivo pues!
·        No que vas todo pandeado, Aaahh cachimba
·        Aquellas canias
·        Yo pa´ Tapana voy
·        ¡Mucho caso!
·        Tú sigue la carroza y no preguntes quién  murió
·        ¡Si tú fueras él!
·        ¿Te gustará ser él o ella?
·        Chucho, no come chucho
·        No sabe cómo masca la iguana
·        A ver qué agarro hoy, tú no pescas ni gripa
·        ¿Tú sos no?
·        Y si come, no come mucho
·        Tenés paga pue vos
·        Oh voz totoreco
·        Saca la jícara que sos.
·        Este totoreco.
·        Como dijo el meño,..
·        Pa´ luego es tarde, caminando y meando pa´ no dejar charco.
·        Pues lo que caiga es bueno
·        Idiay pué, tu ya ni me saludas dormimos juntos o qué,
·        Apuraté,  ligerito porque te deja la colon.
·        Hay mamacitilla, saliste con tu batea de baba.
·        Miraló vos
·        ¡ora pijudo!
·        Cara de jaiba
·        ¡Oh burro!
·        Qué brama traés pué
·        Vos pepena nanche
·        Brinca las trancas
·        Déjalo ahí guindado
·        Te gua meter un vergazo bien puesto
·        Encuacha tus caites y sali de juida pa'…

Nota: Dedico con cariño y gratitud el presente escrito a todos y cada uno de mis paisanos, la gente de Arriaga Chiapas y a los del grupo “Los de Arriaga”, los chiapanecos, los arriagenses “come tierra”, esa gente, que es mi gente. GRACIAS por ayudarme con la lista!