Recorrido
diario.
Bait Uley,
Líbano. 6:45 de la mañana.
El motor
agotado de un vehículo se oye a la distancia y entre más se acerca puedo ver un
camión desvencijado, viejo y destartalado. Un Mercedes-Benz con los espejos
rotos, el chasis medio pintado de blanco, y un letrero que apenas se distingue con
la leyenda: “Transporte escolar” se acerca a la parada, al principio de
la gran calle, y los frenos crujen al hacer un alto.
Tuffic, mi
hijo, mi primogénito, mi único varón ahí está parado, bien uniformado y con su mochila
en mano, espera pacientemente. El olor del escape llega a su nariz, provocándole
una tos intensa.
Se apresura
a abrir la puerta, que al parecer hace ya varios años era automática y ahora
está descompuesta. A pesar de los intentos se ha quedado atrancada, por lo que
un pasajero se ofrece a empujarla desde el interior del autobús.
Asciende y
busca un asiento, procurando no golpear su cabeza con el techo, no logra ubicar
donde sentarse. No ha terminado de encontrar un lugar, cuando ya el camión ha
arrancado en vuelo.
Me pongo
nerviosa al mirar la escena desde la ventana de mi habitación que da a la calle.
Pierde el
balance y caé encima de un pasajero. Intenta levantarse rápidamente, pero lo
brusco de otro movimiento lo estanca en un espacio.
Imagino el crack
de sus rodillas al doblarlas detrás de la diminuta butaca. Apenas tiene 14
años, pero en estos últimos meses ya alcanzó 1.80mts de estatura. Sus
movimientos son grotescos, como si ese cuerpo no le perteneciera.
Todos
voltean a mirarlo. Dos accidentes en menos de 30 segundos. Lo veo saludar rápidamente
asentando con la cabeza a su compañero de al lado, un pequeño de no más de 6
años con sus grandes ojos y un sándwich en la mano. Intenta moverse un poco
para evitar que su acompañante le ensucie el uniforme; pero ha quedado atrapado,
ya que el número de pasajeros va aumentando. No puede moverse. Más estudiantes
intentan subir y se empujan unos a otros en la parada de la esquina.
Estira su
brazo para abrir la ventana. Su intento es en vano. La ventana no abre.
Las llantas
rechinan. Sigo aquí prestando atención a cada detalle. Como si quisiera viajar
con él.
El camión
destartalado continúa enviando fumarolas de diésel. Todos hablan y gritan y no
logro distinguir más que el ruido del motor desafinado. Tienen el mismo
destino. Van encimados y apretados en el camión de la escuela.
No lo he
perdido de vista, desde mi ventana lo sigo observando. Han llegado al final de
la calle. El chofer, que no deja de fumar, inadvertidamente pisa el freno y
tres estudiantes salen volando.
Esta mañana
hay despliegue militar en las calles de Bait Uley. En el retén los soldados los
han parado. El vehículo ha sido inspeccionado meticulosamente… los dejan pasar.
Se dirigen hacia la colina. El mofle ha pegado con el pavimento. Apenas y sube
el camión. La caja de velocidades cruje. El chofer fuerza primera. Van subiendo. Logran llegar
a la cima.
El camión
escolar atraviesa un valle y a lo lejos se vislumbran huertos de limón y
naranja. Los olivos reverdecen. Han ya dejado la vista del mar atrás y se
pierden en mi mirada. Cada vez más lejos.
Tengo la
tele encendida y escucho que en Beirut hay toque de queda. “Un nuevo
atentado. Dos explosiones han dejado más de 25 muertos… Puede que la violencia
se propague hacia el sur del país” Sigo aquí parada viendo desde la ventana, he
quedado paralizada. ¡No sé qué hacer!
Lleva dos
meses haciendo este recorrido a diario y yo dos meses mirándolo a lo lejos,
desde mi ventana. Él no lo sabe. Observo mi reloj sin sentido. Siento que lo más
sano en estos momentos es llorar, pero no pierdo la cordura. Solo espero llegue
a la escuela a salvo.
Ivonne, creo lograste un buena descripción, te comentó lo que me parece puede ayudar a mejorar el texto.:
ResponderEliminar1) especificar a qué distancia esta el narrador de toda la acción para hacer más creíble el texto, porque da muchos detalles.
2) Asciende y busca un asiento, procurando no golpear su cabeza con el techo, no logra ubicar donde sentarse. No ha terminado de encontrar un lugar, cuando ya el camión ha arrancado en vuelo. En estas líneas sugiero cambiar el "asciende" y lo de "vuelo".
3) Esta mañana hay despliegue militar en las calles de Bait Uley. En el retén los soldados los han parado. El vehículo ha sido inspeccionado meticulosamente… los dejan pasar. Se dirigen hacia la colina. El mofle ha pegado con el pavimento. Apenas y sube el camión. La caja de velocidades cruje. El chofer fuerza primera. Van subiendo. Logran llegar a la cima. En este párrafo me perdí, cómo supo eso el narrador.
4) Cuándo paso lo que se narra en este parte, según entiendo el camión esta parado El camión escolar atraviesa un valle y a lo lejos se vislumbran huertos de limón y naranja. Los olivos reverdecen. Han ya dejado la vista del mar atrás y se pierden en mi mirada. Cada vez más lejos.
5) La descripción no aburre, pero tampoco despierta el interés, no hay elementos que indiquen eso, creo si pones más detalles del personaje se puede lograr y hacer que el narrador sea más ella, es decir utilizar un lenguaje que nos haga identificar al narrador.
EliminarMuy bien.
EliminarMuy bien: la distancia, el vuelo (igual en "y salen volando"), algún detalle del hijo estaría excelente.
EliminarHola Ivonne, me parece que el ejercicio descriptivo se apegó a las características siguientes:
ResponderEliminara) Se presenta un escenario real ( que desde mi punto de vista, el autor puede enriquecer con uso de símbolos, metáforas u otros recursos..; finalmente los escritores viven lo que experimentan los pintores: pintan lo que ven, sólo que con ojos que traspasan la materia )
b) El narrador, o sea tú, no fuiste imparcial, puesto que hay una carga emotiva que nos habla de tu sentir o tu postura ante lo descrito.
c) El texto deja en claro por qué es significativo lo que estás viendo a través de la ventana (relación filial)
Lo que puede enriquecer tu texto:
a) Integrar o colar elementos que mantengan la atención de principio a fin del lector. El Dr. sugería tal vez algo de intriga.
b) Integrar algun recurso de metáfora.
Ojalá sean de utilidad mis comentarios (espero no estar fuera de tono)
Hola Aurora!
Eliminarcon respecto a la postura imparcial, considero que Ivonne se valió de la narración de una madre quien nos cuenta lo que sucede.
Saludos!
Exacto. Lo que trataba de explicar al plantear el ejercicio es que "no existe tal cosa como el narrador imparcial, siempre somos parciales".
EliminarHola Ivonne!
ResponderEliminarMe gustó tu texto, fue fácil de leer.
Estoy de acuerdo con Fabiola en dos puntos:
El texto es un poco plano, no es de esos escritos que me saltaría, pero tampoco me pareció emocionante y creo que la situación amerita que el lector sienta un poco más de tensión e incluso angustia. No sólo es el viaje inseguro por el transporte si no por la cuidad en sí. Imagino que como madre, ver partir a tu hijo todos los días sabiendo a lo que se enfrenta no debe ser nada fácil.
En algunos párrafos das más detalles de los que parecieran que lógicamente podrías estar mirando.
Por otro lado, esta frase me parece confusa: "Han ya dejado la vista del mar atrás y se pierden en mi mirada. Cada vez más lejos." Puede ser muy poético (área en la que me reconozco ignorante) pero ¿cómo la vista del mar? O ¿es lo que tu ves ahora ya que ellos se han perdido de tu vista? De ser así ¿por qué atrás? ¿No más bien estaría al frente? O ¿es como si el camión se ha alejado del mar? De ser el camión creo que debe de ponerse en singular y no "han".
El final también lo siento raro. Si lo más sano es llorar porque dice que no pierde la cordura. En todo caso yo creo que ya la perdió si se queda todas las mañanas mirando su ventana no se cuanto tiempo ¿no crees?
Espero te sirva de algo...
Saludos!!
¿Y si se mencionara al mar un poco antes también?
EliminarHola Ivonne!
ResponderEliminarDescribes "huertos de limón y naranja. Los olivos reverdecen." pero a mí me dejas con la duda de cómo es la gran calle, en lo personal imagino que hace mucho calor. También me gustaría saber más en relación con el uniforme, no lo puedo imaginar como los de México.
Pondría el párrafo ocho en lugar del siete, y el siete en lugar del ocho.
Saluditos!
Muy bien.
EliminarHola mis comentarios y sugerencias:
ResponderEliminar1.- El texto es muy fácil de ller y comprensible.
2.-Creo que mencionas varias veces las palabra cruje, te sugieron buscar sinonimos.
3.- Al ser un texto narrado por una madre preocupada por su hijo, te sugieron que podrias describir un poco mas sobre lo que siente al ver a su hijo partir y no saber si regresara, por ejemplo: "mi mirada cansada de ver siempre lo mismo y no ssaber si mi hijo regresara", "cada dia mi angustia crece al ver partir a mi hijo sin boleto de regreso" etc.
4.- Añadir este tipo de frases que generan mas interes en el lector.
Perdon por los acentos pero mi compu anda fallando y no los pone, saludos.
Muy buena descripción, felicidades. Por supuesto, puede mejorar con los comentarios de sus compañeros. También sugeriría no usar tanto los gerundios. Las pistas sobre el personaje narrador me parecen muy bien puestas, parece una madre sobreprotectora (bien uniformado, apenas tiene 14 años…) pero luego nos enteramos de la situación de la ciudad y cambia por completo la perspectiva: excelente. La nota cultural del chofer fumando me encantó, tal vez agregar alguna otras de las que sugiere Sergio.
ResponderEliminarPor último, la muletilla literaria "se apresura a abrir la puerta" ¿es necesaria?, ¿por qué todos se apresuran en la literatura?