sábado, 16 de noviembre de 2013

Ascensión



Dicen que cuando llueve torrencialmente es porque los que están en los cielos lloran. No se equivocan, lo sé de buena fuente. Las lágrimas ya no purifican, la humanidad está demasiado putrefacta.

 Los hombres han dejado de creer en él y a mí me han perdido el miedo. Su creación no fue perfecta, bastó un simple susurro en el inicio de los tiempos para corromperlos. Me han alimentado a través de milenios con su odio y sus pecados.

 Caen las últimas gotas, detrás de la marea gris que cubre todo el mundo, ellos han cesado el llanto. Rayos de luz perforan las espesas nubes, no es el sol, sino los brazos de ellos, buscando. Pronto encuentran, las luces se fijan sobre desiertos, selvas, bosques, montes, océanos y ciudades; se filtran a través de los techos, las cúpulas, la roca y el metal. Iluminan  a niños, hombres, mujeres y ancianos, son pocos los cobijados por el resplandor. Las cenizas se reintegran, los masacrados y destazados recobran su forma original, todos los inocentes están en trance, comenzará su ascensión.

Las nubes se dispersan, ahí están ellos, después de centurias sin verlos. Lucen distintos: son una masa amorfa con tres gigantes ojos que se mueven alrededor de su cuerpo y unas enormes alas blancas. Antes eran iguales al creador. Las blasfemias de los humanos los han transformado y a mí me han liberado.

Los elegidos comienzan a elevarse a través de la luz, serán cobijados con las alas de ellos, y desaparecerán. Los que permanecen en tinieblas intentan ascender, pero son incinerados tan solo con acercarse al resplandor.

Comienza el caos: gritos, asesinatos, violaciones; de nada les servirán sus rezos y arrepentimientos; lo hecho, hecho está. Todas las pesadillas se vuelven una, me materializo: tan alto como las montañas; con alas de cuervo aleteo vientos pestilentes que envenenan; mis pesuñas se hunden en la tierra, con cada pisada el suelo se fractura y los volcanes desatan su furia; mi saliva transforma el agua en sangre; mis barbas son látigos que castigan la carne y mis brazos apuntan al sol que se torna rojo y baña con sus nuevos colores la geografía del infierno.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

6 comentarios:

  1. ¡Sergio! (con admiración admirada), nos regalas un texto muy bello. De pronto me recordaste al diablo de Giovanni Papini y a un par de dibujos de Gustav Doré en "La divina comedia". Me pareció muy adecuado el recurso de presentar el contraste con los protagonistas porque da la impresión de que salen de la misma conciencia o anticonciencia de los hombres (los otros personajes). Además, el estilo de sueño o profesía es perfecto para el texto. Si me permites, me parece que deberías dibujar la historia o incluso hacer un video.
    Ahora bien, sin perder de vista el asunto de la corrección: ¡ojo!, revisa tu ortografía. La palabra que resalta es "pesuña"-"pezuña". Y de pronto afea tu logro.
    Abrazo. Nos leemos.

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  2. Hola Sergio, el inicio me parece jala inmediatamente al lector...vaya forma de imaginar el final de los tiempos, por un lado los que son cobijados porque serán rescatados y la penuria para los que se enredaron en sus propios engaños y maldades.
    Me pareció interesante que la visión sea tomada desde un personaje que aunque no se describe, se infiere cuando dices "Los hombres han dejado de creer en él y a mi me han perdido el miedo"
    Un abrazo

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    1. Coincido con Aurora, creo lo que más me gustó que sin mencionar al personaje principal se infiere quién es y eso se logra con la descripción. Muy bien! aunque no son temas que me gusta leer, me gustó!

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  3. Hola Sergio
    El juicio final. Cada uno de tus escritos me gusta cada vez más. De acuerdo con los comentarios de María Aurora y Conrado.
    ¡Felicidades!
    Nos seguimos leyendo

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  4. Don Sergio,
    La tradición de textos apocalípticos es larga y ancha y ha habido hartos grandes escritores que la han abordado (desde el Juanito). De modo que siempre es un reto mayúsculo escribir algo al respecto.
    Así, un buen texto (como bien indican sus compañeros) no es suficiente.
    Las estrategias que han usado escritores de los últimos dos siglos para abordarlo han sido:
    1. Relectura exhaustiva de la Biblia (tiene hartas frases súperpirateables) u otros textos similares.
    2. Resignificación de las pestes/demonios/tururú a partir de los avances tecnológicos: Apocalypsis Now, La guerra de los mundos.
    3. Actualización de la moral. P.e.- el diablo y el ángel en Good Omens, de Gaiman&Pratchett.
    4. Cotidianización. Más o menos como lo que comentaba al texto de Eva: las particularidades vuelven universal el texto.
    Creo que lo podría trabajar en un texto más largo y quedaría a todo dar.
    Abrazo,
    Lf

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  5. Comentarios y sugerencias:
    Tu texto me pareció un poco del Apocalipsis del final de la humanidad, considero que podrias basarte un poco mas en la Biblia, en donde se hace un relato del final de los tiempos con descripciones un tanto escalofriantes que lo dejan a uno reflexionando.
    Me gustó mucho tu escrito saludos.

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